
Érase una vez, allá por los confines de los tiempos, que existió un reino donde los ciudadanos vivían felices y la alegría y bondad florecían en sus almas como en sus campos la hierba.Todos y cada uno respetaba el trabajo de los otros; el Amor era como un aire que los envolvía y la sabiduría iluminaba sus costumbres de tal manera que constantemente vivían inmersos en la naturaleza y en sus fiestas distinguían perfectamente el verano del invierno...