ESPERANDO LA PRIMAVERA EN EL 2010

Escrito por José Ruiz Almendros el 12 de abril de 2010 0 comentarios

Este año la primavera nos ha sorprendido atracados en estos muelles del archipiélago que llaman del Carnaval, dedicados a la reparación de mástiles y velamen y a las farragosas tareas de avituallamiento; y por si esto fuera poco, las continuas galernas de mar arbolada nos han impedido, un día tras otro, levar anclas y echarnos a la mar.

Una vez mas la practica marinera nos demuestra con sus imposiciones que el arte de vivir consiste en aprovechar bien las circunstancias que te rodean y los sucesos que te acaecen sean estos los que fueren.¡ De todo se puede sacar partido!.

Porque ¿Quien puede impedir las tormentas que nos manda el destino? Nadie. y ¿Qué adelantan los marineros de la vida quejándose de ellas?.. Nada…. En cambio si acojo los acontecimientos con calma, los observo con objetividad y los trato con paciencia, como minino, siempre podré aprender de cuanto nos suceda, y en la mayor parte de las veces conseguiré que el inconveniente se torne en ventaja y las dificultades se conviertan en oportunidades.

Esto lo he vivenciado durante todo este periodo señalado en el calendario de estas islas como tiempo de cuaresma y en el que las furias del mar y nuestras propias necesidades nos han retenido en el dique seco. Ha sido tarea relativamente fácil de cumplir, ya que el ambiente creado por estas gentes esta dedicado a la reparación de sus propios enseres y a la introspección sobre sus propias necesidades, por lo cual nuestras tareas no eran sino un impulso más inmerso en el ambiente de la población nativa.

Ellos, siguiendo costumbres ancestrales, se dedican a preparar la primavera pensando en lo que será la muerte y resurrección del ser divino encarnado en el personaje histórico de Jesús, (A quien llaman el Cristo) y luego durante la semana que coincide con la primera luna llena de primavera escenifican con procesiones y rituales diversos lo sucedido en la historia de su Dios.

Muchas veces, mientras acudía a sus ceremonias y cultos religiosos he recordado aquellos otros ritos que se celebraban en la antiquísima civilización egipcia cuando el Dios Osiris era muerto por su hermano Set, su cuerpo despedazado y desperdigado, como sembrado, a lo largo de toda la rivera del Nilo y finalmente recompuesto y resucitado por el trabajo, amor y poder de su hermana y esposa Isis.

Hoy, en esta cultura donde nos vemos inmersos, son los compatriotas del Dios, aliados con el poder civil de la época, quienes le sacrifican torturando el cuerpo de Jesús.( El hombre excepcional donde Dios se había encarnado tres años antes en un acontecimiento singular de iniciación conocido como el Bautismo. Por eso a esta encarnación de Dios en el hombre se le llama Jesucristo o simplemente Cristo). Luego, al cabo de tres días muerto y enterrado, es el mismo Dios quien resucita por su propio poder y voluntad para vivir indefinidamente libre de la muerte y trasmitir este poder a cuantos creen en el y son sus seguidores.

Creo que este matiz de encarnarse, morir y resucitar expresamente por su propia voluntad, con la intención de expiar y redimir los desvíos acaecidos en la historia evolutiva de los hombres y el de conseguir que su poder se `pueda trasmitir en la vida de cuantos le siguen y creen en el, es la diferencia que los separa de las otras tradiciones solares mas antiguas.,

Y es precisamente este detalle en el que se basan los hombres religiosos del archipiélago y sus maestros espirituales para considerarse únicos y diferentes a todos los demás credos y religiones que han existido y existirán. Claro que al hacerlo así dejan de ser excepción y caen en el mismo canon común de creencias a todas las religiones que contienen un significado solar... y es que en definitiva todas ellas, me parecen formas de manifestar y traducir el misterio de resurrección física que nos trae la primavera tras la muerte de los granos sembrados en el invierno.

Evidentemente ni entro en disputas ni controversias con nadie ni he permitido a mis hombres que se enzarcen en estas cuestiones; yo solo les he dicho siempre: Observarlo todo, aprended de todo y que todo cuanto viváis os sirva para responder a la única cuestión importante que da sentido a este navegar por los mares de la Vida: ¿Quién soy yo realmente y que puesto ocupo en este navío y cual es mi relación con el resto de mis compañeros de aventura?

Para descubrir estos puntos y ahondar en sus conocimientos quise llevarlos al pico más alto del perímetro, para desde allí contemplar el amanecer y la salida del sol del primer día de luz de primavera, pero el azote permanente de la lluvia nos impidió avanzar montaña arriba. Los barrancos bajaban desbordados y por doquier los derrumbamientos de piedras y launas tenían destrozados los caminos.

Al final no tuve mas remedio que desistir de mis intenciones y este año recibimos el amanecer primaveral en el castillete de popa refugiados bajo unas lonas que hice extender para tal ocasión.

Poco a poco, a pesar de las nubes negras y de la espesura opaca de la lluvia, la claridad se fue imponiendo a nuestro alrededor y cuando ya estaba todo nítido y se diferenciaban los perfiles de cuanto existía en el entorno pregunte a los hombres:-¿Qué elementos destacaríais como mas importante de cuanto nos rodea?

Los hombres mentales contestaron rápidamente alzando la voz y hablando para el resto:

- Lo más importante es sin duda la luz. Lo que nosotros representamos en esta navegación. Reconoced que ella es y nosotros somos imprescindibles. Sin ella no existiría nada de cuanto ha emergido a nuestros ojos en esta mañana ni sabríamos apreciar lo que a nuestro alrededor existe.
- Por la luz, añadió el segundo, viven las plantas y nosotros reconocemos las cosas y de este modo las recreamos en nuestra conciencia.
- Solo a través del conocer, que es la luz del alma, los demás podéis transformar la tierra, añadió un tercero.
- Sin duda la luz y el conocer es lo más importante en nuestro navegar, contestaron orgullosos los restantes hombres de este grupo.

A continuación se hizo un silencio pesado en medio de la gente acompasado por el repiqueteo de la lluvia que caía sobre el toldo y empapado del frío que nos traía la brisa envuelto en la neblina del mar.

A los pocos momentos los hombres que manejan los vientos y que son como el corazón de la nave y forjan el ritmo de la navegación levantaron la voz en forma de ligera protesta:

- ¿Y que nos decid del calor por el cual hablamos nosotros? Pregunto el primero.

- La luz sin el calor es fría y nada produciría; lo mismo que la mente sin el corazón se quedaría paralizada y solo provocaría la muerte…

- ¿Cómo se levantarían los vientos si no fuera por las diferencias de temperatura? Y sin los vientos ¿Como podríamos alcanzar las grandes distancias?

Las frases se atropellaban entre este grupo de hombres movidos por el ardor de su argumento;

- En la luz, viven las plantas, es cierto, pero en el calor vivimos todos, animales y hombres y sin el colorido emocional, que es el calor del alma en el mundo, la conciencia no distinguiría entre el frío invierno ni el fecundo verano, todo seria como helada vida vacía .
- Así pues, como admitir que lo mas importante sea la mente..?¡¡Eso es ridículo!! cuestionaron estos marineros..

Seguidamente les apoyaron los encargados de mantener la energía de víveres y armas en perfecto estado y al mismo tiempo los hombres de la limpieza y el perfecto estado del mundo físico les apoyaron como si ambos fuesen un solo y único grupo. La armonía de turnos se había roto y las replicas y los corillos se amontonaban en el aire porque todos querían ser los más importantes a la hora de valorar su trabajo dentro de la nave.

Sin contestar a nadie los miraba en silencio y deje que casaran sus argumentos al viento de la mañana; cuando al fin, poco a poco se fueron calmando y pude obtener el silencio fácilmente, tome la palabra y conteste:

- Tenéis razón todos y cada uno de vosotros, pues todos y cada uno sois igualmente importantes e imprescindibles en esta singladura que nos ha tocado realizar por los mares de la Vida y sin ese aporte tan singular e intransferible, la navegación seria incompleta y la experiencia inacabada.
- Es cierto que sin conocimiento no habría mundo exterior, pero sin el calor de nada nos serviría conocer y sin fuego no habría calor y sin los materiales convenientes no podríamos hacer fuego.
- Yo como capitán y punto de unión entre vosotros, he de consignar en el libro de la conciencia todas las experiencias acaecidas en nuestra singladura para que de ellas puedan aprender las futuras naves en las que nos embarquemos para nuevas aventuras.
- Y yo desde este puesto os confirmo: En realidad lo único importante es que, defendiendo cada uno su tarea, manteniendo la unidad y el trabajo armónico, arribemos al aquel puerto de nuestro lado del Absoluto del cual, por nuestra voluntad, partimos un día no muy lejano. Esto es lo único imprescindible, saber encontrar a través de los mares que sean, y de las circunstancias que nos rodeen el Rumbo a ese puerto del Absoluto al cual todos y cada uno pertenecemos. Ese es nuestro objetivo y ese es el puerto a donde os llevare y a donde esta nave tiene que dirigirse mientras quede un solo marinero de esta tripulación sobre cubierta sea cual sea su rango y condición, y esto es lo único que todos tenéis, tenemos impreso en nuestra entretelas….

Así hablaba, cuando la voz del último grumete me interrumpió desde el montón de las jarcias apiladas donde se había encaramado para escucharme:

- O sea que todos estamos en todos y todos somos todo..¿No es eso lo que quiere decir capitán?

Al oírlo todos nos volvimos hacia el con admiración y yo deje que su reflexión empapara las almas con el silencio… luego solo pude añadir:

- Efectivamente

Y por unos minutos largos todo desapareció entre nosotros quedando solo la conciencia de unidad y el reconocimiento único de nuestra misión entre los sonidos del viento y el repiquetear de la lluvia. Luego añadí:

- Feliz primavera a todos y entre abrazos deshicimos nuestra reunión.


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